Asesino
anónimo
13
de septiembre de 1980 Petilla de Aragón, Zaragoza
Alberto...
No
sabes lo que ha pasado... Estoy tan horrorizada que parece que mi
cuerpo haya olvidado llorar. Estoy muerta por dentro... Pancho me ha
deshonrado. Me violó por la noche. Me destrozó la cara a guantazos
porque me resistía como podía. Pero me vi vencida por su fuerza.
Alberto...
Tanto habíamos esperado para casarnos en santo matrimonio y ahora
esto...
Te
lo cuento en carta porque no soy capaz de salir de casa. Ven a verme
cuando puedas.
Por
cierto, dale una propina al niño de Juli. Se portó bien y se
aprendió la dirección al dedillo. Pobre muchacho, ignorante del
mundo que lo rodea.
Te
quiero. Por favor, ven a verme.
María
16
de septiembre de 1980 Petilla de Aragón, Zaragoza
Estimado
alcalde:
Pancho
Gutiérrez es un hijo de puta. De hecho, es el hijo de puta más grande
que ha visto nunca Petilla de Aragón. Eso es lo que pensaría
cualquier persona de este asqueroso pueblo en el que vivo después de
lo que ocurrió con su hija.
Mire,
alcalde, le voy a ser franco: quiero matar a Pancho. No le diré mi
nombre por razones obvias. Ahora bien, quiero que sepa mi intención
para que me facilite poder llevar esto a cabo. Sé lo que sucedió
entre su hija y ese hijo de puta. Si quiere ver a quien ha ultrajado
a su hija muerto haga que la policía no esté de ronda mañana por
la noche.
Atentamente,
Asesino
anónimo
17
de septiembre de 1980 Petilla de Aragón, Zaragoza
Querido
Alberto:
María
me ha contado que te escribió y que te has visto con ella. Sé que
para ti la situación es muy difícil, pero también lo es para mí.
No te sulfures con el ardor que mostraste en tu burda carta del
asesino anónimo. No vamos a matarlo. ¿Estás loco? ¿Te imaginas
que te encierran? Mejor no pensemos más en eso...
Tranquilízate
y no hagas locuras.
Sé
fuerte, Alberto.
Evaristo
López, Alcalde de Petilla de Aragón
17
de septiembre de 1980 Petilla de Aragón, Zaragoza
Informe
de la ronda nocturna
Excelentísimo
alcalde:
Hemos
arrestado a un individuo esta noche mismo porque iba con una pistola
en mano por la calle. Según algunos del pueblo era Alberto, el novio
de su hija. Espero que nos dé órdenes para ver qué hacemos con él.
Tengo buena relación con usted y entiendo que el muchacho fuese a
matar a quien sabemos. Creo que lo merece, la verdad. Pero solo Dios
juzga. De momento, centrémonos en el asunto que nos importa.
Envíeme
antes del 19 de septiembre su resolución. Alberto permanecerá de
momento en el calabozo del pueblo.
Un
cordial saludo,
General
de Brigada Fernando Lombarza
19
de septiembre de 1980 Petilla de Aragón, Zaragoza
Excelentísimo
alcalde:
Intuyo
que estará al tanto de lo ocurrido con Pancho. Se ha extendido por
todo el pueblo el rumor, que yo le corroboro: ayer, día 18, un grupo
de habitantes anónimos fueron al lugar donde se escondía el
criminal de Pancho Gutiérrez y lo descuartizaron. El cuerpo policial
lo estuvo buscando durante tanto tiempo sin resultados y ahora van
estos pueblerinos, encuentran su escondrijo y lo matan. Es un mundo
sin sentido este, movido por los sentimientos y las brabuconadas
románticas.
Recibí
su carta. Aunque me pide que Alberto permanezca en el calabozo, creo
que se puede hacer la vista gorda.
Ahora
a quien habría que interrogar es al pueblo, pero ninguno cede. "¡Fue
el asesino anónimo, general!" responden como enfermos. Esto
parece la obra aquella de Lope de Vega.
Por
la dificultad que plantea la situación y la justicia ya tomada por
el pueblo, yo daría el caso por cerrado. Espero su contestación
cuanto antes.
Un
cordial saludo
General
de Brigada Fernando Lombarza
20
de septiembre de 1980 Petilla de Aragón, Zaragoza
Estimado
Fernando:
Estoy
de acuerdo. Ciérrelo.
Evaristo
López, Alcalde de Petilla de Aragón.
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Escrito por Óscar Santos con la colaboración de Carlos Sánchez-Tabernero
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